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¿Comodidad o salud? El dilema moderno que nadie quiere afrontar


 

De nuevo por aquí, feliz de compartir contigo mis reflexiones con el deseo de que puedan inspirarte.

 

La reflexión que te traigo hoy es la siguiente:

 

¿Volver a las cavernas es la solución? ¿Se puede compatibilizar confort con salud? 


Si me sigues, ya sabes que siempre hablo de que el desajuste evolutivo es la causa de todos (o prácticamente todos) los males de salud que asolan a la población

 

Desde lo que hay en nuestro plato hasta el tipo de estrés que sufrimos en nuestro día a día, pasando por el ambiente atmosférico, los bichitos que pueblan nuestro organismo y el tipo de estímulos visuales y auditivos que nos rodean… todo, absolutamente todo es muy diferente a lo que espera nuestra genética tan lenta de evolucionar...

 

Por otro lado, la comodidad es tan cómoda...

 

Poder comprar en un supermercado en lugar de salir a cazar es una maravilla.

 

Los antibióticos y la medicina en enfermedades agudas han salvado muchas vidas.

 

Poder comunicarse con una persona que vive en el otro lado del planeta es un privilegio.

 

Abrir el grifo de casa y que salga agua me parece una pasada. Y que sea caliente, ya ni te cuento. Igual que dar el interruptor de la luz y que se ilumine mi casa. 

 

La tecnología nos permite vivir con mayor comodidad. 

Y eso es algo fantástico. 

 

Por eso renunciar voluntariamente a ella es tan complicado.

Incluso, puede resultar absurdo cuando no tenemos un conocimiento adecuado sobre cómo funciona nuestro cuerpo.  

El cerebro humano es increíble y considero que tampoco sería digno de nuestra especie privarnos sistemáticamente de todos estos beneficios. 

 

Por lo tanto, no. No se trata de volver a las cavernas.

 

Se trata de aprovecharnos de los avances tecnológicos con seguridad y sentido común.  

Y para eso tenemos que conocer nuestro cuerpo y nuestra naturaleza. 

 






Sí, podemos tenerlo todo: la comodidad propia de nuestra era y la salud propia de la era de antaño… Aunque esto segundo cada vez nos lo pongan más complicado.  

Y esta es la verdadera responsabilidad y poder que tenemos:

 

Lograr esa combinación eficaz entre confort y disconfort.

 

Una mezcla estratégica de estrés agudo y descanso.

 

Una receta óptima que contenga la dosis justa entre incomodidad, confort, sentido común y control de la dopamina.

 

La receta perfecta que nos permita disfrutar de los beneficios sin pagar las consecuencias

 

 

¿Crees que sería complicado encontrarla?  

Y tengo otra pregunta aún mejor.

 

¿De qué te sirve la comodidad perpetua si no eres feliz, ni estás sano, ni eres libre? 

 

A mi si me dan a elegir entre salud y comodidad, lo tengo claro. 

 

Lo que no tengo tan claro, es lo que tú elegirías…

 

 

Será un placer leer tu reflexión en los comentarios ;)

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